El laicismo es
un movimiento de lucha por la emancipación de los seres humanos, en
un intento de construcción de un mundo justo y solidario, capaz de
garantizar la libertad, y la igualdad.
Desde el
laicismo defendemos el compromiso ineludible, de hacer posibles las
condiciones políticas, jurídicas y sociales idóneas para el pleno
ejercicio de la libertad de conciencia, lo que supone la defensa de
una configuración del Estado, del gobierno, y de la sociedad civil
que, además de no restringir dicha libertad, en cualquiera de sus
manifestaciones, (ideológica, de pensamiento, de expresión…etc),
ofrezca a todos y a cada uno de los ciudadanos, y ciudadanas las
condiciones materiales que le permitan ejercer esta libertad.
Pero la
libertad es incompatible con el hambre, la necesidad, las carencias
materiales, la precariedad, en definitiva la vulnerabilidad de quien
depende de un amo, o está sujeto a la coacción de un estado de
pobreza que le impide ejercer su independencia, o defender
públicamente sus propios criterios.
Y es esta
aspiración, compartida con todas las organizaciones y particulares
aquí presentes, la que hoy nos trae a reivindicar la tercera
república.
Queremos
recordar que tanto la sucesivas casas reales, como la Iglesia
Católica, en este caso, son dos instituciones clasistas, machistas,
y manipuladoras que llevan siglos parasitando a una sociedad que se
ve obligada a producir para mantenerlos, y siglos enriqueciéndose
vergonzosamente, a costa de nuestro trabajo.
Concretamente: